La novela se estructura en base a un diálogo que se da entre una mujer que ha llegado hace poco tiempo a un pueblo rural siguiendo el trabajo de su marido, y el hijo de su vecina más cercana, que la va guiando entre los recuerdos que estructuran la trama de la novela. El diálogo, en realidad se da en un plano de "más allá", entre la vida en recuerdos y la muerte. Entre las vecinas se produce una relación que ronda lo filo/erótico. La forastera, entonces, conoce al hijo "raro" de su vecina, quien se altera y le cuenta la historia. A partir de ese momento la novela entra en una serie de episodios que crean el paisaje nada onírico del ambiente rural, donde los agrotóxicos se han cobrado las vidas de varias familias que deciden hacer silencio y aceptar que el negocio del campo transgénico hace que los hijos de estas generaciones culposas y contaminadas por el deseo ambicioso de la riqueza, haga que su descendencia muera, o nazca con malformaciones que los acercan a monstruos.
Samantha Schweblin, entonces, arrima un aura del horror de una bucólica contaminada. Quizá su elemento más valioso sea alejar el prejuicio de que lo ominoso está en la mente atareada y alienada de las ciudades y que el campo, la naturaleza y sus bondades son pacíficos y amistosos.
En una novela corta donde aparecen secretos como pactos, personajes que podrían ser brujas, arroyos envenenados, niños monstruosos y padres que se vuelven locos, Schweblin nos recuerda que el diablo habita en todos lados y que no hay distancia de rescate.
"Distancia de rescate" de Samantha Schweblin. Ed. Random House. 2014. |
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