Pablo Ramos se arranca los artificios de la escritura, deja
de lado las ficciones más contaminantes y se muestra así, con la piel
desabrochada. “Hasta que puedas quererte solo” es una seria de crónicas acerca
de su condición de adicto en recuperación, de los avatares que ha atravesado
para completar el programa mentado de los Doce Pasos de A.A y N.A.
En las páginas del libro el lenguaje se vuelve un
instrumento en carne viva para mostrar de la forma más honesta posible el
infierno del adicto, la muerte lenta y enmascarada que ronda cada botella, cada
línea, cada soledad. Las personas que emergen del recuerdo de la vida del autor
de “El origen de la tristeza”, han perdido algo que creen poder llenar con las
ilusiones que les da su condición de adicto, y así, en realidad, lo pierden
todo, todo. Incluso la vida. Aunque muchos de ellos ya están muertos hace
tiempo, aunque no se hayan dado cuenta.
Las doce crónicas muestran un descargo emocional. Aquí lo
importante será lo que se cuanta, mucho más que cómo se cuenta. De todos modos,
los que ya conocen a Ramos saben que su prosa es siempre cuidada, barrial,
clara. “Hasta que puedas quererte solo” muestra un mundo que, para algunos es
muy conocido, donde las personas, en su condición se vuelven adictas a la
soledad.
Ramos se pone como eje central de las crónicas con su propia
adicción, sus estadías en sobriedad, sus recaídas, el enorme y peligroso
trabajo de destruir el ego. Aceptar la enfermedad, ir al infierno, volver,
poder quererse y querer.
"Hasta que puedas quererte solo", de Pablo Ramos. Ed. Alfaguara. 2016 |
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