sábado, 7 de enero de 2017

"Los ojos de una ciudad china", de Gabriel Peveroni

Una novela pop. Una novela posmo. Peveroni tira toda la carne al asador y crea una polifonía llena de colores, paisajes y luces en la creación narrativa de "Los ojos de una ciudad china", como si uno viera una de esas películas que cuentan varias historias entrelazadas por un pequeño hilo, como el mundo de hoy donde las redes explotaron y todos nos conocemos. A partir de los ojos casi ciegos de una anciana llama Xiaomei, la trama se echa a rodar por el mundo desde Uruguay, a China, a España, a Chile, en voces, caras personas y referencias, como si el lector hiciera zapping en esta ambiciosa y tremendamente cuidada creación del autor. Un trabajo arduo de rueca lo lleva a unir a David Bowie con César Aira, quien aparece en páginas apócrifas y en aires de esa influencia delirante del compulsivo argentino. Marcada por Bolaño y por la generación latinoamericana que se escinde del boom, del regionalismo y del realismo plano de la urbanidad juvenil, la novela de Gabriel Peveroni es una hija de McOndo. Otro acierto del 2016, una novela de un presente que es el futuro, de un mundo rápido, de gente sola, de voces locas que dicen verdades, de destinos que se buscan en la historia y en el mañana (eso tiene, a mi entender de "chino" usar raíces milenarias para hacer florecer una torre de mil pisos de neón y acero). Todos los caminos conducen a Shangai.

"Los ojos de una ciudad china", Gabriel Peveroni. Ed. HUM. 2016

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